La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en la educación plantea nuevas oportunidades y desafíos para el sistema escolar. Verónica Caputi, especialista en educación y tecnología, reflexionó sobre cómo aprovechar estas herramientas para transformar las instituciones en verdaderas comunidades de aprendizaje.

“El desafío es que la tecnología tenga sentido según para qué la necesita la escuela y en qué marcos se va a incrustar esta innovación”, dijo Caputi en una entrevista con LA GACETA. Para ilustrar su punto, comparó el uso de un celular sofisticado con múltiples funciones que puede ser innecesario para un abuelo, con el uso de la IA en el aula: “Puede haber mucha tecnología, pero lo importante es para qué la quiero”.

La especialista dijo que existe un “gap” entre estudiantes, docentes y directivos: mientras los chicos adoptan la IA de manera natural, los adultos a veces enfrentan dificultades para integrar estas herramientas. Por eso, el papel del director es clave. “El directivo tiene que estar atento a qué pasa en el entorno para que la escuela sea permeable a este tipo de situaciones”.

Además, aclaró que la escuela tradicional, concebida únicamente para impactar en los alumnos, está cambiando. “El desafío es transformar los colegios en comunidades de aprendizaje. No solo vienen a aprender los chicos, sino que quienes lideramos escuelas debemos ser gestores de nuestros propios aprendizajes”.

FOTO LA GACETA/ANALÍA JARAMILLO

Sobre el uso adecuado de la IA, la especialista planteó que la clave es identificar necesidades concretas y emplearla como asistente. “Si sé cuál es mi debilidad como docente, puedo posicionar a ChatGPT como mi asesor experto en aprendizaje, complementando mi rol tradicional de maestro”.

Además, destacó que los estudiantes también pueden beneficiarse: aprender a usar la IA para generar técnicas de estudio o confrontar ideas puede potenciar su aprendizaje, siempre que haya una comunidad de docentes y directivos curiosos y comprometidos.

Finalmente, alertó sobre los riesgos de la implementación desorganizada. “No se trata solo de incluir inteligencia artificial, sino de pensar en un escenario completo donde la tecnología conecte y sea viable, sin generar falsas expectativas ni mayor agobio a un colectivo de profesionales que ya está bastante exigido y poco reconocido”.